Soy un poco escéptico sobre el reclamo en este cartel:
Haga clic para una versión más grande.
Los estudios demuestran que los sándwiches en realidad saben mejor cuando otras personas los preparan para usted. Cuando hacemos comida, nos insensibilizamos al olor.
Aparentemente está bastante extendido . The New York Times y Forbes son al menos dos sitios que mencionan esto. Enlaces de Forbes a dos estudios relevantes; uno está detrás de un muro de pago y el otro (que parece haber contenido la respuesta) conduce a un 404.
¿La comida sabe mejor cuando otra persona la prepara?
No, los estudios no han demostrado eso, que yo sepa. Hay, sin embargo, una pizca de verdad en esta afirmación.
El estudio que falta está aquí y no confirma el reclamo, ni aborda el reclamo:
En lugar de aumentar la probabilidad de representar el comportamiento simulado (comer), la simulación evocó las consecuencias del comportamiento (habituación)
Básicamente, lo que el estudio ha encontrado es que si te imaginas comiendo M&M, entonces comerlos es menos satisfactorio que de otra manera, de manera similar a lo que sucede cuando los alimentos son más satisfactorios en el primer bocado que en el décimo ("habituación").
Esto no tiene nada que ver con la cocina, o el olor.
Dicho esto, se ha descubierto que oler un alimento, o un olor neutro, reduce el deseo.
Los antojos de alimentos son un factor de riesgo para el desarrollo de conductas alimentarias problemáticas. Examinamos los efectos de la estimulación olfativa en la reducción del deseo de comer. Una breve exposición al olor redujo los antojos de comida y chocolate. Una simple tarea olfativa presenta una herramienta práctica para reducir los antojos de alimentos.
— Eva Kemps, Marika Tiggemann, La estimulación olfativa frena los antojos de comida
Esto es confirmado por esta revisión posterior de sus hallazgos.
Sin embargo, hay resultados positivos con enfoques novedosos para reducir los antojos de alimentos, una de esas terapias experimentales consiste en introducir un olor neutro a los antojos de chocolate autoinformados después de la estimulación del antojo. Curiosamente, estas personas informaron una reducción en la intensidad de los antojos (Kemps y Tiggemann 2013)
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Juan Dvorak
MAR
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