Diferencia entre creencia y valoración

Así como en el budismo los puntos de vista y el yo son cuestiones importantes para el bienestar, noté que mis dificultades relacionadas con la espiritualidad se relacionan precisamente con esos dos temas.

Por un lado, no sostengo la creencia en la existencia intrínseca del yo y de las opiniones en general.

Por otro lado, en los escritos que produzco surgen puntos de vista e imágenes relacionadas con uno mismo que traicionan un apego a esas dos cosas. En mi ficción hay un gran y visible engreimiento, una especie de evidente autovaloración. En los textos teóricos que escribo es evidente la valoración de ciertos puntos de vista. En ambos casos, parece más una cuestión de apegarse a valorar que de tener verdaderamente definidas esas cosas como verdaderas.

¿Por qué estoy valorando estos (puntos de vista creados y yo) con aprecio y estima, pero todavía siento (quizás por algún engaño) que no son intrínsecamente reales? ¿Cuáles son los factores mentales involucrados?

Respuestas (2)

Es un conflicto mental que muchos practicantes enfrentan todos los días. Humildemente presento cómo percibí la causa y el efecto detrás de esto:

1) Aprendes (es decir, intelectualmente) que el budismo enseña que el yo es una ilusión. Sin embargo, todavía no te has dado cuenta (en ambos sentidos de la palabra).

2) A ti mismo (la psicología occidental diría que tu ego) no le gusta esta idea. Tu identificación tampoco. Lo perciben como la muerte. (En Zen, por ejemplo, alcanzar la Budeidad se llama "Gran Muerte"). "Si el yo es una ilusión, en realidad no importo/existo"

3) El ego y el id se manifestarán más vigorosamente y seductores a medida que practiques más, luchando contra su "destino inminente". Se aferrarán a cualquier cosa que afirme su individualidad o niegue su conocimiento de la naturaleza ilusoria del yo. Hasta cierto punto, podrías incluso considerarlo un mecanismo de supervivencia instintivo.

Bueno, estas cosas son de naturaleza emocional, por supuesto. No es que nos apeguemos a las cosas por una comprensión clara, apreciamos las cosas por lo que significan para nosotros en términos de nuestros sentimientos.

Y nuestros sentimientos no son más que axiomas de valor altamente generalizados, creados por experiencias primarias (primeras, fuertes).

Entonces, el curso habitual de la meditación (así como de la psicología analítica a la Freud) es rastrear nuestros sesgos hasta sus raíces en estas experiencias primarias, para que puedan ser descosificados, reevaluados, reinterpretados y finalmente descartados. en paz.

Al final del día, todo vuelve a nuestros sentimientos de dolor y conflicto versus comodidad y armonía. Cosas que provocan conflicto entre algo en lo que nos decidimos y otra cosa, causan dolor. No tener conflicto es armonía. Es todo muy básico. No hay necesidad de pensar demasiado, solo míralo directamente y verás.

Al menos así le parece a este tipo confundido :)