He leído un puñado de libros de o sobre Levinas, pero hace tiempo y sin notas. IIRC su tema ético central es que otras personas no son un aspecto del yo, que nuestra obligación hacia ellos existe en su irreductibilidad a nosotros mismos.
Por ejemplo, tienes esto de Zahavi
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es decir, que la alteridad es originariamente una relación ética, por lo que su llamado a la conciencia es más importante que cualquier aspecto de comprensión: y así (me parece) independiente de cómo parecemos existir como individuos.
Contra estos enigmas , todo modo de comprensión encalla... La otra persona es un acontecimiento que no puedo predecir ni controlar.
Asumiendo que es una definición justa de " alteridad radical ", me preguntaba si ha habido algún intento de aplicar un concepto similar a la estética (en lugar de su lugar habitual de obligación).
La idea de aplicar la alteridad radical a la estética es un tema parcial de la obra de Jean-Luc Marion .
Él llama a este tipo de cosas fenómeno saturado.
Para él, estas alcanzan su culminación no en el arte sino en la religión, pero sí habla del arte como fenómeno saturado. Véase, por ejemplo , el libro de Crina Gschwandtner .
Solo podría sugerir que esto podría responderse mejor revisando a Kant que buscando "lo último".
La buena y vieja "cosa en sí" es una idea muy precisa y bien desarrollada de la "alteridad radical". No es estático. Alimenta lo "nuevo".
Dado que Kant fue el primero en llevar la estética a la filosofía, sugeriría que su idea de propósito sin propósito está muy cerca de la "vanguardia" repetida mecánicamente en la que se convirtió el arte del siglo XX.
La alteridad radical no es, a mi modo de ver, un avance sobre el noumenal kantiano. Una moralidad tampoco puede avanzar nunca sin la "alteridad radical" de alguien que no es "uno mismo", pero también tratado como un fin.
No tengo una buena respuesta para ti; pero teniendo en cuenta la noción de rostro de Levinas :
La forma en que el otro se presenta, superando la idea del otro en mí, nombramos el rostro
Y también su orientación como fenomenólogo, y por tanto sobre el encuentro; entonces la noción de una estética situada en este sitio parece ideal para repensar la figura, el retrato como encuentro; poniendo así en primer plano la relación.
Quizás también, paisajes, pastoriles y urbanos como rostro del lugar; cuando está atormentado por rastros de presencia.
Entonces una estética de la alteridad, debería ser, parece reveladora de un momento de la alteridad, como otro reconocido; pero no como exótica, si uno se alinea con la ética de la alteridad de Levinas.
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virmaior
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