De acuerdo con el significado simple de los versículos, debe haber al menos tres: aquel a quien Yosef sirvió como visir, el que inició la opresión ("surgió un nuevo rey", Ex. 1:8) y quien murió (ibid. 2:23), y aquel a quien Moisés enfrentó.
Sin embargo, encontramos opiniones en la Guemará y Midrash (citadas en Rashi para ambos versículos) que toman estas expresiones de manera no literal: que el "nuevo rey" era en realidad el mismo viejo rey pero con nuevas políticas, y que su "muerte" significa que estaba enfermo de tzaraas (lepra u otra enfermedad de la piel).
Así que posiblemente, de acuerdo con esas opiniones, pudo haber sido el mismo rey durante toda la estadía de los judíos en Egipto. En términos midráshicos eso no es insólito. Encontramos, por ejemplo, a nuestros Sabios (Bereishis Rabbah 85:4) identificando al rey de Tiro contra quien profetizó Yejezkel (Ezequiel 28:1-19) con el rey Chiram, el amigo de David y Shlomo (II Sam. 5:11; 1 Reyes 5:15ss), quinientos años antes - o incluso con Chirah el amigo de Yehudah (Gen. 38:1), 1200 años antes del tiempo de Yejezkel.
Algunos de los comentarios toman este tipo de cosas en el sentido literal: que nuestros Sabios nos dicen que estas personas realmente vivieron durante muchos siglos, al igual que las generaciones de la humanidad desde Adán hasta Noaj, que vivieron más de 900 años. Otros ven tales derashos como una expresión de la idea de que, por ejemplo, los reyes de Tiro durante muchos siglos compartieron las mismas características de personalidad destacadas (aunque, a primera vista, el piadoso rey Chiram parece ser muy diferente del jactancioso " príncipe de Tiro" a quien Yechezkel condena), y que de manera similar los diversos faraones egipcios tenían todos la misma mentalidad.
Isaac Moisés