¿Es realmente necesaria la adición de "vosotros" en Efesios 3:13?

Parece ser una tradición que se remonta a la Vulgata traducir el infinitivo griego ἐγκακεῖν con un pronombre en segunda persona o un verbo en segunda persona. Los ejemplos incluyen: "[tú] no desmayes" (YLT), "no desmayéis" (KJV) y el segundo pl. subjuntivo "ne deficiatis". (VUL) Pero el griego original simplemente tiene un infinitivo, sin mención de un pronombre de segunda persona. ¿Es realmente necesario interpretar este infinitivo en segunda persona, o es posible que el mismo Pablo sea el sujeto del infinitivo?

Por ejemplo, ¿sería también una traducción plausible "por tanto, ruego no cansarme en mis tribulaciones por vosotros, que es vuestra gloria"? El significado cambiaría, ya que sería una oración por él mismo, no por los efesios. Pero yendo solo por el griego, parece posible, al menos a mí.

¿Cuáles son tus pensamientos?

3:13 διὸ αἰτοῦμαι μὴ ἐγκακεῖν ἐν ταῖς θλίψεσίν μου ὑπὲρ ὑμῶν, ἥτις ἐστὶν δόξα ὑμῶν.

por tanto, os pido que no desmayéis en mis tribulaciones por vosotros, que es vuestra gloria. (YLT)

Por eso os pido que no os desaniméis por lo que estoy sufriendo por vosotros, que es vuestra gloria. (ESV)

Por tanto, deseo que no desmayéis en mis tribulaciones por vosotros, que es vuestra gloria. (RV)

Por tanto, os ruego que no desmayéis en mis tribulaciones por vosotros, que es vuestra gloria. (Douay-Reims)

propter quod peto ne deficiatis in tribulationibus meis pro vobis quae est gloria vestra (VUL)

Respuestas (1)

No creo que esta interpretación se ajuste a los versículos que siguen:

Τούτου χάριν κάμπτω τὰ γόνατά μου πρὸς τὸν πατέρα τοῦ κυρίου ἡμν ἰησ. Χρτοῦ ἵνα Δῴ ὑς ὑς ἡς δς δς ὑω ὑ.

Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,... para que os conceda... ser fortalecidos con poder por su Espíritu

Teofilacto comenta:

Es necesario que me encadenen y sufran cruelmente a manos de aquellos que no comprenden el misterio, sino que lo disputan y se oponen. Por tanto, os ruego, hermanos míos, que no desmayéis , es decir, que no os turbéis y temáis, como si algo irracional hubiera ocurrido. Más bien, estas ataduras y aflicciones que soporto por vosotros redundan en vuestra gloria.