Críticas al absurdo

La idea de Camus de mantener vivo el absurdo aceptando nuestro deseo innato de sentido e incluso persiguiendo y sin ceder a la esperanza de alcanzar jamás un sentido a la vida, lo que él llama la rebelión contra el absurdo, me parece poco práctica. Habla de contemplar y ser consciente o lúcido del absurdo para mantenerlo vivo, pero ¿sería sostenible tal revuelta durante toda la vida? Sé que menciona muy elegantemente su(s) método(s) de mantener vivo el absurdo a través de lo que él llama la lógica del absurdo, a través de la persistencia, evitando la esperanza y la unidad (es decir, la necesidad de dar sentido a las cosas), la conciencia o la lucidez del absurdo, etc.

¿Hay críticas al Mito de Sísifo, de las que ustedes son conscientes, además del hecho de que su definición del absurdo se basa en un razonamiento circular?

Estoy tratando de escribir un trabajo para la clase en el que quiero mostrar que el absurdo y/o la revuelta contra él no pueden "mantenerse vivos" tan fácilmente porque parecería en contra de que gravitemos hacia la esperanza naturalmente en nuestra experiencia cotidiana de vida; esa esperanza es demasiado persuasiva psicológicamente para nosotros como para que podamos rebelarnos con éxito.

Ya conozco Albert Camus y la Filosofía del Absurdo de Sagi como recurso en Google Books. ¿Hay algún otro? Gracias por adelantado.

Puedes ver: John Foley, Albert Camus: Del absurdo a la revuelta (2008).

Respuestas (1)

Yo diría que Camus no crea una definición circular del absurdo. Lo que perfila como El Absurdo no es algo que buscamos mantener en el sentido religioso (Dios existe porque dice en la Biblia que Dios existe, etc etc), sino en el sentido práctico.

Para Camus, no es que debamos forzar la existencia del absurdo; simplemente que, en la contemplación, uno se da cuenta de una paradoja que se asemeja a lo que él llama el absurdo. Esa paradoja es: la disonancia entre la falta de sentido del hombre (en el sentido superior) y el aparente silencio del universo.

Camus aboga por una especie de existencia básica mediante la cual uno reconoce los límites de su racionalidad, pero aún usa la capacidad que tiene para comprometerse con la vida lo mejor que es humanamente posible. Cuando habla de sostener el absurdo no es para endiosarlo, sino para evitar negar su existencia mediante saltos de fe y negación de la razón actualmente sostenida. Argumenta que hacerlo es, por así decirlo, inferior a reconocer el absurdo mientras se disfruta de la propia existencia.

Nagel ofrece una crítica interesante de la filosofía del absurdo qua Camus y ofrece una alternativa teórica (en oposición al Camus fuertemente basado en la praxis).

Las críticas básicas de Camus son que él presupone una búsqueda de significado como muy generalizada o innata. No funciona fácilmente sobre el ser u otros aspectos filosóficos, sino que va directo a lo que hace el absurdo y cómo lo enfrentamos. Su escritura es vaga y con frecuencia hace afirmaciones básicas sin fundamento sobre las cuales construye sus argumentos. En lugar de dar argumentos teóricos, ilustra usando mitos y pinturas. En esto le falta rigor. No ofrece ningún sistema a su trabajo y al punto es decididamente escéptico hasta que encuentra una razón para dejar de serlo.