Origen de la técnica del chupito de tequila "lick, sip, suck"

Estaba hojeando Here's How (1928), una colección de recetas de cócteles de la era de la Prohibición, y encontré algo sorprendentemente familiar en la página 48.

El picor suizo

Inventado por un tal James Norton de Princeton y garantizado para bajar con la facilidad de un ascensor:

Coloca una pizca de sal en el dorso de la mano derecha y con la misma pata norte sujeta medio limón entre el pulgar y el índice. Sostén un vaso pequeño de agua Gordon [es decir, ginebra ] en la mano izquierda y sigue esta secuencia: ¡lame la sal, bebe el agua Gordon y chupa el limón!

La audiencia moderna reconocerá esto como la técnica clásica del chupito de tequila , posiblemente alterada por alguien que invirtió mucho en los huertos de limoneros. (¿ Medio limón? ¡Supongo que puedes decir que este libro fue publicado antes de 1929!)

¿Qué fue primero: la versión sal-tequila-lima o la versión sal-gin-limón? ¿Es "James Norton de Princeton" totalmente apócrifo? ¿Qué tan atrás se puede rastrear esta maniobra de dos manos?

Respuestas (1)

Este artículo no hace referencia a ninguna fecha, pero dice algo interesante:

Los mexicanos saben desde hace mucho tiempo que un poco de cloruro de sodio en la lengua puede ayudar a suavizar el sabor ardiente que caracteriza gran parte de su comida. Usan sal cuando toman chiles, por ejemplo. Del mismo modo, los jugos de cítricos de varios tipos se han usado durante mucho tiempo para matar el regusto de las formas más potentes de alcohol [...] De todos modos, cuando el tequila llegó a los EE. UU., la sal y la lima (o limón) llegaron con él.

Además, el blog de prensa de la Universidad de Stanford afirma que la sal y la lima se usaron para enmascarar el mal tequila :

La leyenda sostiene que el origen de servir sal y lima con tequila evolucionó como respuesta a un “boom” temprano del tequila a fines del siglo XIX . El aumento imprevisto de la popularidad condujo a la proliferación de marcas de tequila de mala calidad; la sal y el limón se usaban para enmascarar el sabor del tequila crudo. Desagradable o no, el ritual se mantuvo y pronto se convirtió en un rasgo familiar en toda la cultura popular mexicana.