Nombre de la falacia que argumenta en contra de las herramientas necesarias para la argumentación

Digamos que alguien cree que la filosofía en sí misma es algo malo. Si no me equivoco, la única manera de combatir esta premisa es usar la filosofía (que está fuera de los límites ya que está en juicio).

De manera similar, (un ejemplo real) un escritor cristiano publica un libro sobre por qué la teología y los teólogos han hecho todo lo posible para arruinar el cristianismo (supuestamente confundiendo la "simplicidad" de las enseñanzas de Jesús) y, por lo tanto, la teología es mala. Esta es claramente una postura teológica y la única forma de combatirla es con la teología...

¿Estoy viendo algo que no está allí?

¿Alguien sabe el nombre de este argumento falaz? Parece cerrar el debate incluso antes de que comience. ¿Alguien tiene otros ejemplos de esto además de la teología?

Respuestas (2)

No es una falacia, es simplemente que en casos como "¿es la filosofía una buena manera de razonar?" o "¿es válida la lógica?", no hay debate, y todo lo que puede esperar hacer es dar sentido, en su sistema, a por qué su sistema es bueno; de todos modos, no es posible hacerlo fuera del sistema. Creo que un profesor mío de filosofía respondió una vez a esta pregunta con una "cita de Aristóteles" (esto parece muy sospechoso, pero no importa quién lo dijo primero; además, solo estoy parafraseando aquí): discutir con alguien que no Valorar la lógica como forma válida de razonar es inútil: sería como razonar con un vegetal.

No diría que tu ejemplo es realmente falaz. Por lo general, se entiende que la teología significa la actividad de sistematizar y teorizar acerca de las doctrinas religiosas, y su escritor puede estar objetando que toda esa sistematización es inútil. Si el escritor no está dispuesto a debatir si es inútil y por qué, o dar razones para pensar así, eso sería un tema aparte. Siempre es bueno tener razones.

En cuanto a otros ejemplos, Wittgenstein en la proposición 6 del Tractatus da cuenta de la relación entre el lenguaje y el mundo. Concluye que tal explicación es imposible porque carece de sentido y, por lo tanto, debe abandonarse todo el proyecto de la filosofía. Si el lector se inclina a preguntar, ¿cuál es entonces el punto del Tractatus, ya que es un libro de filosofía? La respuesta de Wittgenstein es compararla con una escalera que pateas después de haberla subido.

No es una falacia dar razones de por qué el razonamiento (al menos de cierto tipo) es inútil. Puede entenderse como una especie de argumento reductio ad absurdam en el que no las premisas sino el propio razonamiento es contraproducente y, por lo tanto, debe descartarse.