La muerte y Epicteto

En el Enchiridion, Epicteto parece sugerir que la bondad y la maldad no están “en” el mundo. Están “en” nuestras reacciones.

Por ejemplo, dice que, “La muerte, por ejemplo, no es terrible, de lo contrario le habría parecido así a Sócrates. Pero el terror consiste en que nuestra noción de la muerte es terrible”.

¿A qué equivale esta vista?

Más específicamente, ¿alguien tiene alguna interpretación sobre lo que está mal con este argumento citado?

Este es básicamente el punto de vista estoico. Por ejemplo, una persona normal entrará en pánico o se sentirá triste si está enferma. Un estoico dirá que no tiene sentido estar triste o asustado. Si existe una cura para su enfermedad, entonces tome la medicina y deje de quejarse. Si no existe cura, entonces sus quejas no van a cambiar su condición. Este punto de vista es una de las razones por las que algunos considerarían a los estoicos como emocionalmente muy fríos.
Sus preguntas sobre la cita de Epicteto son un poco vagas y poco claras para mí. ¿Puedes hacer tu pregunta más específica? Por ejemplo, ¿puede explicar por qué cree que hay algo mal con el argumento de Epicteto que citó? Lo siento, pero no tengo claro cuál es la pregunta, por lo que si puede ampliar o ser más específico, sería útil.

Respuestas (1)

Ver Psicología y ética de Epicuro :

Para Epicuro, hay algunos temores que son perfectamente legítimos; también lo son algunos deseos. Epicuro ofrece una clasificación de los deseos en tres tipos: unos son naturales, otros son vacíos; y[...] Naturales y necesarias son las que miran a la felicidad, al bienestar físico oa la vida misma. [...] Los deseos vacíos son aquellos que tienen por objeto cosas designadas por sonidos vacíos, como la inmortalidad, que no puede existir para los seres humanos y no corresponden a ninguna necesidad genuina. Lo mismo vale para el deseo de grandes riquezas o para las marcas de fama, como las estatuas: no pueden proporcionar la seguridad que es el objeto genuino del deseo. Tales deseos, en consecuencia, nunca pueden ser satisfechos, como tampoco pueden aliviarse los temores correspondientes, por ejemplo, el miedo a la muerte, ya que ninguno tiene un referente genuino, es decir, la muerte como algo dañino (cuando está presente, no existimos) o la riqueza y el poder como bálsamos para la ansiedad. Tales miedos y deseos vacíos, basados ​​en lo que Epicuro llamala kenodoxia o creencia vacía, son en sí mismas la principal fuente de perturbación y dolor en la vida civilizada, donde los peligros más elementales han sido controlados, ya que son la razón por la cual las personas se ven impulsadas a luchar por la riqueza y el poder ilimitados, sometiéndose a sí mismos a los mismos. peligros que imaginan que están evitando.