Tenemos un niño de 6 años. Por lo general, es encantador, inteligente y fácil de tratar, pero a menudo se enoja rápidamente cuando juega con amigos y niños más pequeños (el ejemplo clásico es cuando no se sale con la suya), lo que resulta en gritos, gritos, golpes y, muy ocasionalmente. mordiendo. Cuando llega a este punto, tiende a suceder muy rápidamente (antes de que pueda atraparlo) y se molesta tanto a sí mismo como a los demás.
Nos preocupa que esto lo limite socialmente y estamos buscando activamente una estrategia para ayudarlo. Estamos en el punto en que estamos listos para ver a un psicólogo infantil. ¿Alguien puede sugerir libros, estrategias o próximos pasos aquí?
Muchos niños agresivos simplemente no hacen suficiente ejercicio. Sin embargo, su situación parece estar más relacionada con el disparador.
Una estrecha supervisión con consecuencias inmediatas sería mi mejor sugerencia. Enviar a su hijo a jugar sin su presencia parece una mala idea. Conoces sus factores desencadenantes; sabes cuándo necesita que lo saquen de una situación. Llegará a una edad en la que será vergonzoso hacerlo, así que ahora es el momento de observar y corregir.
En cuanto al psicólogo infantil, ¿tiene algún otro objetivo en mente además de que quiero que se detenga? Su maestra de jardín de infantes y su consejero escolar pueden ser un buen recurso inicial, y no dudarán en recomendarlo si ven la necesidad.
Parece que su hijo pierde el control de los impulsos en estas situaciones. Por su descripción ("se molesta a sí mismo ya los demás"), él ya sabe que su comportamiento no es aceptable. El problema es que llega a un punto en el que pierde el control y no puede evitar actuar como lo hace. Esto significa que simplemente decirle que se detenga ya no lo ayuda. Necesita aprender a controlar estos impulsos por sí mismo.
Según mi experiencia, la mejor manera de hacerlo es identificar los impulsos y darle espacio para vivirlos en condiciones que sean divertidas en lugar de estresantes. De esa manera, aprende estrategias para vivir sus impulsos de manera constructiva (haciendo ejercicio y practicando sus habilidades motoras en el proceso).
Por ejemplo, podrías ir a un lago y arrojar piedras al agua lo más lejos y ancho posible. O podrías ir al bosque y luchar contra monstruos (árboles/arbustos) con palos. En casa, puede obtener una pelota de boxeo y/o espadas de espuma (a nuestros niños les encanta pelear con el aislamiento de espuma que se usa para las tuberías de agua caliente). Sea creativo y descubra qué actividad (cuanto más activo, mejor) le gusta realmente. Es muy probable que esta sea la actividad que mejor le ayude a aprender a controlar sus impulsos.
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