En aras del argumento, supongamos un escenario en el que la empresa es muy ilíquida y no hay acciones para la venta e incluso aumentar la orden de compra no produce vendedores. ¿Qué sucede con el vendedor en corto, que quiere cubrir su posición corta en este escenario?
O un segundo escenario: una empresa como Tesla se vuelve privada. Los vendedores en corto no pueden comprar suficientes acciones a tiempo y terminan siendo incapaces de cubrir sus posiciones cortas.
¿Algo así se tiene que arreglar entre el prestamista y el más corto o hay algún mecanismo para este tipo de situaciones?
Oh, él los encontrará. La pregunta es A QUÉ PRECIO. Los rallies de cobertura corta son los peores y más brutales que jamás hayas visto.
El inversionista puede terminar recibiendo ejecuciones ridículas y debiendo a su corredor una cantidad significativa de dinero. Ahora...
O un segundo escenario: una empresa como Tesla se vuelve privada. Los vendedores en corto no pueden comprar suficientes acciones a tiempo y terminan siendo incapaces de cubrir sus posiciones cortas.
Ah, no. Básicamente, estarán cubiertos al precio que se toma privado. Parece suponer que se quedan atascados con un cortocircuito para el resto del universo; no, hay disposiciones para esto.
Hasta donde llega mi entendimiento. Esta es la situación exacta de un apretón corto. En general, cada vez que desea comprar un activo, necesita a alguien que esté dispuesto a vendérselo. La situación exacta depende del tipo de orden. Con una orden de límite, simplemente espera hasta que alguien esté dispuesto a liquidar. Con una orden marcada comprarías las acciones al siguiente precio que alguien te esté ofreciendo. Esto puede empujar rápidamente el precio hacia arriba (apretón corto).
Sin embargo, las ventas en corto a menudo se realizan con derivados. En este caso, obtiene una llamada de margen. A continuación, debe transferir dinero a su corredor.
Si las acciones son tan ilíquidas que nadie las negocia, entonces no tiene mucho sentido tratar de venderlas en corto en primer lugar. Pero si hay alguna operación en marcha, entonces el vendedor en corto no tiene más remedio que seguir aumentando el precio de la oferta hasta que alguien decida que la oferta es demasiado buena para perderla.
Las privatizaciones de empresas se señalan con mucha antelación, mientras que los vendedores en corto trabajan a diario. Pero suponiendo que todas las acciones fueran recompradas a un precio acordado, el vendedor en corto podría compensar pagando a la persona que le prestó las acciones por esa cantidad.
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