Escuché que una mujer embarazada no debe entrar a un cementerio. Entiendo que esto es un minhag y no una halajá, pero me interesaría saber más sobre este tema.
Esta es una de, lo que supongo, muchas fuentes:
no hay ninguna fuente escrita en la ley judía que lo prohíba expresamente. Este es un ejemplo interesante de una tradición de que cuando estás creando vida, es mejor evitar el contacto con la muerte que las mujeres tomaron sobre sí mismas sin que se lo dijeran. Y esta tradición se guarda cuidadosamente y es bien conocida, incluso más que algunas leyes absolutas. Verás por qué.
Las madres judías han sabido durante miles de años lo que la investigación moderna está descubriendo recientemente. El niño por nacer se ve afectado por el estado espiritual y emocional de la madre. Sus estados de ánimo, sus actitudes y su entorno quedan impresos en el cuerpo y el alma del niño.
Por eso el cementerio no es el lugar adecuado para una mujer embarazada. Cuando estás creando vida, es mejor evitar el contacto con la muerte. La energía morbosa y mortal de un cementerio contrasta con el proceso que tiene lugar dentro de una mujer embarazada. Su enfoque debe permanecer en el comienzo de la vida, no en el final.
Además, los sentimientos de dolor o angustia excesivos pueden perturbar el tiempo pacífico en el útero. A veces, el dolor emocional es inevitable en la vida, pero no tenemos que buscarlo. Una futura madre puede ser frágil y delicada en el mejor de los casos. Asistir a un funeral o consagración puede provocar una reacción exagerada que podría haberse evitado.
Dr. Shmuel
Doble AA
JJLL