¿Cuál era la opinión de Orígenes sobre el alma de Jesús?

Orígenes creía en la preexistencia de las almas (antes de la concepción), y que las almas de las personas hacían cosas antes de su encarnación. Por ejemplo, enseñó que Jacob era amado y Esaú odiado por lo que hicieron antes de su concepción.

Pero, ¿qué creía acerca del alma de Jesús? ¿Existió eternamente? ¿O fue creada en un momento del tiempo como todas las demás almas, de modo que en la Anunciación ya había comenzado la encarnación?

Respuestas (1)

Gran pregunta. Es un poco de ambos. (Tendríamos que definir qué significa el tiempo para Dios). Pero supongo que podríamos inferir que Orígenes creía que el alma de Cristo, como creía de todas las almas, es eterna.

Según sus escritos, todas las almas fueron creadas por Dios en algún momento antes de la concepción.

Preguntemos si Dios, el creador y fundador de todas las cosas, creó a algunas de ellas santas y felices, para que no admitieran ningún elemento de tipo opuesto, y a otras, para que fueran capaces tanto de la virtud como del vicio. ; o si debemos suponer que Él creó a algunos para que fueran completamente incapaces de la virtud, y a otros completamente incapaces de la maldad, pero con el poder de permanecer solo en un estado de felicidad, y a otros de nuevo como para ser capaces de cualquiera de las dos cosas. condición. ( De Principios )

Y que Cristo tiene uno.

Por tanto, cuando el Hijo de Dios quiso aparecerse a los hombres y vivir entre los hombres para la salvación del género humano, tomó no sólo un cuerpo humano, como algunos suponen, sino también un alma, y ​​una como nuestras almas en su naturaleza, pero semejante a Él en propósito y poder, y tal que podría cumplir sin cambiar todos los deseos y dispensaciones de la Palabra y la Sabiduría. ( De Principiis , énfasis mío).

Y todas las almas son eternas.

El alma, teniendo sustancia y vida propia, después de su partida del mundo, será recompensada según sus merecimientos, estando destinada a obtener, o una herencia de vida eterna y bienaventuranza, si sus acciones le han procurado esto, o ser entregado al fuego eterno y castigos, si la culpa de sus delitos lo ha reducido a esto. ( Padres Ante-Nicenos re: Orígenes, Vol. 4, 1995, p. 240)