¿Vale la pena buscar consejos sobre citas para un país específico, es inútil o contraproducente?

Estoy planeando visitar Japón durante dos semanas. Si bien las citas no son el propósito de mi viaje, espero socializar un poco con personas de mi edad, incluso algo después de esquiar, y no me importaría si resulta en citas.

¿Es probable que la investigación de consejos sobre citas valga la pena, sea inútil o contraproducente?

Razones por las que sospecho que puede ser contraproducente:

  1. Investigar las normas japonesas, además de cómo evitar grandes errores, puede resultar contraproducente. También puedo usar el hecho de ser extranjero como un activo para aprovechar, en lugar de verlo como un pasivo que debe eliminarse.
  2. Sospecho que los consejos sobre citas pueden hacer que me sienta menos relajado y menos yo mismo.

Respuestas (3)

Creo que el único propósito de leer los consejos para citas es saber qué temas deben evitarse y qué temas o frases pueden ser groseros para tu oponente. Pero si cree que esto no puede ayudarlo, no debe leer los consejos.

¿De verdad quisiste decir "oponente"? :o ¿Las citas en Rusia son como las citas con mantis religiosas?
@Andrew Grimm No, simplemente no puedo recordar una palabra más adecuada.

Es la raza humana por ahí hombre. Simplemente no infrinja una ley y hable con confianza con cortesía en su voz. Todo todo caerá en su lugar, creo

Especialmente en Japón, ser uno mismo, forastero y todo, es una clara ventaja. Japón está tan enfocado en los grupos sociales que instantáneamente te ven como un extraño (Gaijin) y cualquier paso en falso se puede arreglar (y a menudo se considerará "lindo" o al menos un tema de conversación).

Además, a las mujeres japonesas parece gustarles más los extraños que los hombres japoneses. . . ¡O al menos mi esposa lo hizo!

PD. Me encanta que hayas dicho "falsos pases" en una pregunta sobre citas. ¿A propósito?

"¿A propósito?" - No. Creo que puedo culpar a Piers Anthony por eso (había un lugar llamado "Faux Pass" en uno de sus libros).
A las mujeres japonesas no les gustan los forasteros; les encanta el blanco.