Las encuestas de opinión y satisfacción laboral piden a los encuestados que proporcionen calificaciones sobre un conjunto de elementos. Una escala de respuesta podría ser una escala de calificación de cinco puntos que mida la satisfacción (p. ej., 5 puntos de muy insatisfecho a muy satisfecho) con el contenido del elemento (p. ej., "Oportunidades de promoción"). Algunas pruebas también recopilan calificaciones de "importancia" para cada elemento.
Existe una discusión en la literatura sobre si las medidas de satisfacción general deben calcularse como alguna forma de compuesto ponderado de satisfacción de facetas donde los pesos se derivan de las calificaciones de importancia. Estos debates se han aplicado a varios tipos de satisfacción, incluida la vida, el trabajo y el cliente. En este contexto, no parece que la ponderación por importancia marque una gran diferencia, e incluso puede ser perjudicial.
Por ejemplo, Trauer et al (2001) afirman que:
Muchos instrumentos de calidad de vida (QoL) piden a los encuestados que califiquen una serie de dominios de la vida en términos de satisfacción e importancia personal, y obtienen puntajes ponderados de satisfacción multiplicando las dos calificaciones. Este documento demuestra que esta práctica es tanto indeseable como innecesaria. Los dominios de calidad de vida se seleccionan sobre la base de su importancia inherente, lo que hace que la calificación de importancia separada sea parcialmente redundante. Las puntuaciones ponderadas presentan dificultades de interpretación. Además, mostramos que los compuestos multiplicativos tienen propiedades psicométricas indeseables. Existe evidencia de que los compuestos multiplicativos tienen poca o ninguna ventaja sobre las calificaciones no ponderadas en estudios correlacionales o predictivos. Además de la validez aparente y el atractivo intuitivo de multiplicar las calificaciones de satisfacción por las calificaciones de importancia,
En Blood (1971) se puede ver una crítica similar de las calificaciones de importancia en el dominio de la satisfacción laboral.
No obstante, todo esto supone que la medición de la importancia es un medio para formar un compuesto general. En algunos casos, la medición de la importancia tiene un interés sustantivo. Trauer et al (2001) reconocen esto cuando escriben:
No se sugiere que la evaluación de la importancia de los dominios de satisfacción sea intrascendente. Se ha demostrado que los dominios que están más cerca del núcleo personal (p. ej., salud, matrimonio, familia) suelen considerarse más importantes que los dominios más periféricos (p. ej., pertenencia a organizaciones)...
Las calificaciones de importancia se pueden utilizar para evaluar las percepciones promedio de importancia que podrían informar las hipótesis causales sobre lo que influye en la satisfacción.
Tomemos, por ejemplo, Rice et al (1991), entre muchas otras cosas, informan calificaciones de importancia de varias facetas del trabajo. Entre otras cosas, los autores pidieron a 97 estudiantes universitarios empleados que calificaran
importancia de las facetas en una escala de 9 puntos con dos anclas verbales: nada importante y extremadamente importante (p. ej., "¿Qué tan importante es para usted la cantidad de oportunidades de promoción?").
Si ordenamos los resultados reportados en la Tabla 1 por importancia, vemos lo siguiente:
Job Facet Mean Importance
Hourly pay (dollars) 7.4
Hours per week 7.3
Control over schedule 7.3
Opportunity to learn skills 6.7
Decision making 6.4
Promotion opportunity 6.3
Mental effort required 6.1
Conversation with co-workers 6.0
Customer or client contact 5.7
Physical effort required 5.4
Supervisor contact 5.3
Commuting time (minutes) 4.3
Este es presumiblemente un hallazgo empírico interesante en sí mismo.
Algunos investigadores han estudiado explícitamente la relación entre importancia y satisfacción para ver si existe una relación. Por ejemplo, Borg (1991) proporciona un ejemplo de satisfacción laboral que explora cómo la variabilidad intraindividual en la satisfacción laboral faceta se relaciona con la importancia de la faceta. Encuentran apoyo tanto para la idea de que las facetas más importantes se consideran más satisfactorias como para una relación en forma de U en la que las facetas más y menos satisfechas son las más importantes. Esta variación depende del dominio que se esté estudiando.