¿Estoy obligado por ley a tener una caja registradora para mi pequeña empresa (California)?

Tenemos una terminal de Punto de Venta para manejar todas las transacciones con tarjeta de crédito. La empresa procesadora de tarjetas de crédito nos envía el formulario 1099K que utilizamos para efectos fiscales. Esto funciona bien para nuestro pequeño salón de belleza.

Sin embargo, ¿cómo se supone que las empresas deben manejar las transacciones en efectivo? Actualmente los anotamos en un cuaderno con bolígrafo para saber cuánto ganamos para declarar correctamente los impuestos.

  1. En primer lugar, ¿es esta una forma legal de realizar un seguimiento de las transacciones en efectivo o estamos obligados por ley a tener una caja registradora (California)?
  2. ¿Alguna otra alternativa que pueda sugerir para realizar un seguimiento de las transacciones en efectivo? Imaginé que algo donde obtendríamos otro formulario 1099K para transacciones en efectivo facilitaría la contabilidad de nuestro lado al declarar impuestos (por ejemplo, caja registradora conectada a Internet).

Respuestas (1)

  1. No existe una ley en California que diga que debe tener una caja registradora. Registrar las ventas en efectivo manualmente, como lo está haciendo, está bien.

  2. Una caja registradora lo ayudaría a rastrear sus ventas en efectivo como lo describe. Algunos software POS también le permitirán registrar transacciones en efectivo, pero parece que solo usa un sitio web o una aplicación de procesamiento de tarjetas de crédito, no un sistema POS completo.

En cualquier caso, para una pequeña empresa, una opción podría ser obtener una caja registradora para registrar sus ventas en efectivo y continuar procesando las tarjetas de crédito de la forma en que lo hace (o continuar como lo está haciendo). Cuando llegue la temporada de impuestos, use la salida de ambos sistemas para calcular sus ingresos. Es posible que desee considerar un software de contabilidad como Quickbooks para que pueda conciliar sus ingresos y gastos y declaraciones de diferentes fuentes.

Además, como con cualquier pequeña empresa, vale la pena consultar a un contador fiscal para asegurarse de que está haciendo todo "según los libros". Una vez que esté configurado correctamente, mantener los libros en orden se vuelve rutinario y fácil.