Pérdida de apetito durante la fiebre.

Es un fenómeno bien conocido que enfermedades como la gripe común suelen ir acompañadas de una reducción del apetito. ¿Por qué los enfermos dejan de comer?

@AliceD respondió esto de manera elocuente y científica. La versión muy simplificada es: si todavía tuvieras hambre, tendrías que levantarte y hacer algo al respecto. Hoy, eso podría ser factible. Pero antes de que la comida fuera tan fácil de obtener, el precio metabólico de salir a buscar/cazar mientras se estaba enfermo sería demasiado alto.
@anongoodnurse: ¡gracias por agregar el motivo ! Agregué una línea con una referencia de los méritos de la pérdida de apetito.

Respuestas (1)

Los componentes psicológicos y conductuales de la enfermedad representan una estrategia altamente organizada del organismo para combatir la infección. La enfermedad generalmente se acompaña de fatiga, entumecimiento, frialdad, dolores musculares y articulares y disminución del apetito. Estos síntomas no son simplemente un efecto causado por el patógeno. En cambio, ahora se cree que es una estrategia de defensa activa del cuerpo, conocida como "comportamiento de enfermedad". Se cree que el comportamiento de enfermedad es una respuesta adaptativa que mejora la recuperación al conservar energía para combatir la inflamación aguda (Maes et al . 2012) . Se desencadena por las citocinas proinflamatorias.producido por células activadas del sistema inmune innato debido a la presencia de patógenos. Estas citocinas incluyen principalmente interleucina (IL) 1 (IL-1α e IL-1β), IL-6 y factor de necrosis tumoral α (TNF-α) ( Dantzer, 2009 ; Plata-Salamán, 1998 ).

Uno de los comportamientos de enfermedad es la pérdida de apetito. Entre una multitud de otros efectos , se cree que las citoquinas inhiben la alimentación por sus acciones en el hipotálamo. El hipotálamo es un importante centro neural que regula la ingesta de alimentos ( Plata-Salamán, 1998 ; Meister, 2000 ).

Lo remito a Maes et al (2012) , Plata-Salamán (1998) y Dantzer (2009) para antecedentes y lecturas adicionales, ya que la inmunología de las citoquinas es muy compleja y esta respuesta es cualquier cosa menos completa.

Referencias
- Dantzer, Immunol Allergy Clin North Am (2009); 29 (2): 247–64
- Maes et al , BMJ (2012); 10 : 66
- Meister, Vitam Horm (2000); 59 : 265-304
- Plata-Salamán, Semin Oncol (1998); 25 (1 Suplemento 1): 64-72