¿Las marcas de mordidas en la boquilla de mi clarinete afectarán mi forma de tocar?

Soy un estudiante que ha estado tocando el clarinete durante unos 3 años. En ese lapso, nunca usé un parche para la boquilla hasta que mi profesor de música me lo recomendó, y también muerdo con bastante fuerza la boquilla. Hace poco me puse un parche en la boquilla y estoy tratando de relajar mi embocadura, pero me temo que puede ser demasiado tarde ya que tengo marcas de mordidas en la boquilla desde hace un tiempo. ¿Las marcas de mordeduras realmente afectan la interpretación de mi instrumento? ¿Debo comprar una boquilla nueva?

Respuestas (2)

Toqué el clarinete durante un año y el clarinete bajo de los grados 6-12 en las bandas de conciertos de la escuela, y nunca tuve marcas de mordeduras en ninguna de mis boquillas. Por lo tanto, realmente no puedo responder a su primera pregunta, pero puedo responder a la segunda: obtenga una boquilla nueva y termine de aprender a relajar la embocadura rápidamente.

Por lo general, aprieto los labios cuando toco clarinetes de cualquier tipo. No suelo morder tan fuerte.

El problema de raíz aquí es: "lo estás haciendo mal", es decir, tu embocadura es incorrecta. Si bien es cierto que las personas pueden generar marcas muy pequeñas o incluso muescas diminutas donde los dientes superiores golpean la boquilla, las muescas grandes son un fuerte indicador de presión bucal incorrecta.

Será largo y doloroso volver a enseñarte a ti mismo, pero debes entrenar tu boca para aplicar mucha menos presión de "sujeción" y una presión más uniforme desde todos los lados. Señalaré de paso que el muy adorado Buddy Wright (director de la BSO durante aproximadamente 40 años) usó una embocadura de doble labio. Puede probar eso por un tiempo para ayudar a entrenar su mandíbula para reducir la fuerza de mordida.

¿Cómo será "doloroso" volver a entrenarme? Para ser honesto, ¡ya es doloroso tocar mi clarinete en este momento! Gracias por el consejo, sin embargo.
@Erik "doloroso" en el sentido de tedioso y arduo para deshacerse de un mal hábito.
Ah, ya veo. ¡Lo siento, he entendido mal!