¿Existe una investigación contemporánea en la psicología de los rasgos que intente operacionalizar las estructuras detrás de un estilo de pensamiento estratégico? Estoy pensando en un estilo de resolución de problemas como el que se enseña en el entrenamiento de oficiales y, en menor medida, que se manifiesta en juegos orientados estratégicamente como el ajedrez.
Me doy cuenta de que esto suena quizás un poco vago. Sin embargo, en el uso común, no es inusual referirse a una persona como un "pensador estratégico" o un "solucionador de problemas". Quería saber si estos rasgos han sido estudiados o deconstruidos en una capacidad más formal, para definirlos de una manera consistente con la psicología de los rasgos.
¿Existen definiciones científicas de pensamiento estratégico con respaldo empírico?
Existe una gran cantidad de investigaciones sobre la resolución de problemas complejos que son muy relevantes para su pregunta.
El punto de partida de esta investigación fue una crítica del razonamiento clásico y la investigación de resolución de problemas que parecía centrarse en problemas muy pequeños (como la Torre de Hanoi ), que pueden no captar la complejidad de muchos problemas del mundo real que enfrenta la gente. El objetivo inicial de esta investigación fue conceptualizar las características de tales problemas.
En un intento por encontrar los denominadores comunes de varias definiciones, Frensch y Funke (1995) definen la resolución de problemas complejos de la siguiente manera:
[La resolución de problemas complejos] ocurre para superar las barreras entre un estado dado y un estado meta deseado por medio de actividades conductuales y/o cognitivas de varios pasos. El estado dado, el estado objetivo y las barreras entre el estado dado y el estado objetivo son complejos, cambian dinámicamente durante la resolución de problemas y no son transparentes. Las propiedades exactas del estado dado, el estado objetivo y las barreras son desconocidas para el solucionador desde el principio. CPS implica la interacción eficiente entre un solucionador y los requisitos situacionales de la tarea, e involucra el conocimiento y las habilidades cognitivas, emocionales, personales y sociales del solucionador.
El método elegido para investigar la resolución de problemas complejos ha sido el uso de micromundos simulados por computadora para plantear problemas complejos, como tratar de mejorar el éxito de una ciudad simulada como su alcalde, combatir un incendio forestal o administrar una fábrica (Brehmer & Dörner, 1993, Dorner, 1997). De acuerdo con la definición, el desempeño en estas simulaciones se determina de manera compleja en el sentido de que se basa en muchas variables de decisión, las cuales están altamente interconectadas y se afectan entre sí de manera dinámica. Además, al comienzo de la simulación, estas variables y sus relaciones no son transparentes y la simulación puede caracterizarse por objetivos en conflicto que deben lograrse estableciendo prioridades y alcanzando compromisos.
A partir de esta descripción, puede quedar claro que esta investigación se ha centrado más fuertemente en el "lado del problema". Sin embargo, también ha incorporado explícitamente la personalidad y las características del tomador de decisiones , como la motivación, ciertos conocimientos (estratégicos) y la regulación de las emociones (ver, por ejemplo, Wenke et al. 2005). Por ejemplo, se ha dedicado mucha investigación a la cuestión de si la capacidad para resolver problemas complejos se puede distinguir de la inteligencia general. Algunos estudios (por ejemplo, Wüstenberg et al. 2012) sugieren que, aunque el rendimiento evaluado en problemas complejos simulados por computadora está muy relacionado con la inteligencia, de hecho puede predecir el comportamiento más allá del coeficiente intelectual (validez incremental).
Referencias
Brehmer, B. y Dörner, D. (1993). Experimentos con micromundos simulados por computadora: escapando tanto de los estrechos estrechos del laboratorio como del mar azul profundo del estudio de campo. Computadoras en el comportamiento humano, 9, 171–184.
Dorner, D. (1997). La lógica del fracaso. Reconocer y evitar el error en situaciones complejas. Nueva York: Libros básicos.
Frensch, P. y Funke, J. (1995) Definiciones, tradiciones y un marco general para comprender la resolución de problemas complejos. En PA Frensch y
J. Funke (Eds.), Solución de problemas complejos: la perspectiva europea (Hillsdale, NJ, Lawrence Erlbaum). 3-25.
Wenke, D., Frensch, PA y Funke, J. (2005). Resolución de problemas complejos e inteligencia: relación empírica y dirección causal. En RJ Sternberg & JE Pretz (Eds.), Cognición e inteligencia: Identificación de los mecanismos de la mente (págs. 160–187). Nueva York: Cambridge University Press.
Wstenberg, S., Greiff, S. y Funke, J. (2012). Resolución de problemas complejos: ¿más que razonamiento? Inteligencia, 40, 1–14. doi:10.1016/j.intell.2011.11.003
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