El lago de fuego y la Nueva Jerusalén como dos perspectivas diferentes de Dios

¿Ha existido tal doctrina en el cristianismo que proponga la idea de que la esfera de tormentos eternos preparada para aquellos que han rechazado a Dios, la esfera que se describe como el lago de fuego en Apocalipsis, no es otra cosa que Dios mismo, o más bien la perspectiva de Dios por aquellos que lo han rechazado (y, en consecuencia, la esfera de bendiciones eternas preparada para aquellos que han recibido a Dios, la esfera que se representa como la Nueva Jerusalén en Apocalipsis, no es otra cosa que Dios mismo, o más bien la perspectiva de Dios por aquellos que lo han recibido)? En caso afirmativo, por favor, dame el nombre de ese teólogo y posiblemente el título de su obra, en la que presenta esta doctrina.

No he estudiado lo suficiente para responder a su pregunta, pero sería difícil discutir sobre tal idea, ya que es una historia que encaja con los (pocos) hechos relevantes que conocemos sobre el más allá. Apocalipsis 22:5 viene a la mente. Las descripciones que tenemos de los dos posibles destinos eternos ciertamente afirman que el paraíso y el tormento son lo que les espera a quienes allí habitan.
Recomiendo leer un artículo enciclopédico sobre teosis.

Respuestas (1)

Hay un discurso/ensayo controvertido "El río de fuego" del Dr. Alexandre Kalomiros en este sentido, disponible en línea en Glory to God for All Things .

Una muestra representativa:

``Paraíso e infierno son un mismo Río de Dios, un fuego amoroso que abraza y cubre a todos con la misma voluntad benéfica, sin diferencia ni discriminación alguna. La misma agua vivificante es vida eterna para los fieles y muerte eterna para los infieles; para los primeros es su elemento de vida, para los segundos es el instrumento de su eterna asfixia; el paraíso para uno es el infierno para el otro. No consideres esto extraño. El hijo que ama a su padre se sentirá feliz en los brazos de su padre, pero si no lo ama, el abrazo amoroso de su padre será un tormento para él”.

Este ensayo está lejos de ser doctrina, a juzgar por la multitud de discusiones en línea sobre su ortodoxia. He escuchado comentarios algo similares, menos severos, del p. Robert Arida y del P. Andrew Damick (y, presumiblemente, uno puede encontrar indicios de ello en los padres antiguos, por ejemplo, en los escritos de San Isaac el Sirio). Por si sirve de algo, tenía sentido para mí cuando lo leí, pero el comentario/refutación de Vladimir Moss (disponible en Ortodoxo Christian Books ) también me suena cierto.