Doctrina mormonista de un Dios de carne y huesos

¿Cómo explican los mormones la aparente contradicción de su creencia de que Dios el Padre tiene un cuerpo de carne y huesos que se encuentra en las escrituras paralelas a continuación?

Juan 4:24 Dios es Espíritu...

Lucas 24: ... un espíritu no tiene carne ni huesos...

Mi pregunta está inspirada en el siguiente enlace del artículo:

¿Tiene Dios Padre un "Cuerpo de Carne y Hueso"?

Gracias.

Los mormones creen en la Biblia "tanto como está traducida y preservada correctamente".

Respuestas (1)

Buena pregunta.

Dios es un espíritu como nosotros somos espíritus: cada ser humano tiene un espíritu que reside dentro de un cuerpo mortal. Asimismo, los mormones creen que Dios es un espíritu que reside dentro de un cuerpo perfeccionado, glorificado e inmortal.

De lds.org:

El texto griego de Juan 4:24 no contiene ningún artículo antes de la palabra espíritu. Por lo tanto, también se puede entender que la frase griega significa “Dios es espíritu” o “Dios es espiritual”. El Apóstol Juan también escribió que “Dios es luz” (1 Juan 1:5) y “Dios es amor” (1 Juan 4:8), pero estas declaraciones no significan que Dios es solo luz, o que Dios es amor y amor. nada más. Tampoco entendemos que la declaración de que “el hombre es espíritu” (D. y C. 93:33) signifique que el hombre es solo espíritu y nada más. En el mismo sentido, Juan 4:24 no quiere decir que Dios es solo espíritu. Por la revelación de los últimos días, sabemos que “el Padre tiene un cuerpo de carne y huesos, tangible como el del hombre; el Hijo también; pero el Espíritu Santo no tiene un cuerpo de carne y huesos, sino que es un personaje del Espíritu” (D. y C. 130:22).

En el contexto de las enseñanzas del Salvador sobre la adoración verdadera, la declaración de Juan 4:24 puede verse más como un comentario sobre la naturaleza de la adoración que sobre la naturaleza de Dios. Dado que Dios es un ser espiritual, las personas deben adorarlo “en espíritu y en verdad” (Juan 4:24), no solo a través de rituales externos realizados en ciertos lugares (ver Juan 4:20–21). Introducción y cronología de Juan 2–4